domingo, noviembre 25, 2007

SIMPLEMENTE... SENTIDO COMUN

PONERSE EN EL LUGAR DEL OTRO Y ACTUAR EN CONSECUENCIA
Fue una experiencia inolvidable. Enzo Rossi es un empresario italiano que decidió asignarse el mismo salario que recibían sus empleados de menor categoría y ver qué pasaba. Llegó hasta el día 20, después de pagar las facturas de servicios (agua, gas, por ejemplo), el seguro del auto y sostener un austero régimen de gastos. "Esto significa que habría estado sin dinero durante 120 días al año; eso no es pobreza, es también desesperación", concluyó don Enzo, que aclara que proviene de ideas de derecha. "Estamos volviendo al siglo XIX cuando en mi pueblo había condes y barones, por un lado, y aparceros, por el otro, y se decía que los cerdos nacían sin piernas porque los jamones debían ir a los señores." Al finalizar su aventura económico-financiera, Rossi decidió incrementar 200 euros los sueldos netos de sus empleados. Muchos de los más grandes descubrimientos de la humanidad surgieron de la mezcla de observaciones simples y el sentido común. Newton vio caer una manzana y entendió la ley de gravedad. Franklin remontó un barrilete y reconoció los efectos de la electricidad. Simpleza y sentido común son competencias gerenciales de aparición poco frecuente. La curiosidad del empresario italiano y la puesta en práctica de su experimento dieron como resultado una decisión que tal vez hubiera quedado enquistada en una red de prejuicios. Podemos imaginar escenas anteriores en las que tuvieron cabida algunos reclamos salariales. Después de tanta insistencia sobre el problema de llegar a fin de mes, don Enzo se convirtió en sujeto de comprobación científica, a modo de caso testigo. Se podrá alegar que la demostración de la hipótesis era demasiado obvia y no era necesario pasar por tan amarga experiencia. Sin embargo, hoy en día pulula una enorme cantidad de técnicas cuyas raíces elementales no tienen otro sustento que la práctica de la vida cotidiana. Para diseñar una buena estructura de remuneraciones se han inventado múltiples formas con cuadros comparativos, imbrincadas combinaciones de premios y beneficios, factores de evaluación, cotejos con el mercado, índices de productividad, ausentismos, y todo lo demás. Para llegar a acuerdos en los convenios colectivos son necesarias numerosas y complejas reuniones, mediante puestas en escena espectaculares que los medios recogen como si fueran de verdad. Pero el principio de cualquiera de estas opciones se encuentra en el experimento de Enzo Rossi, allá en Italia, en la misma región donde floreció el Renacimiento. Tal vez no sea casual. En aquella época se descubrieron potencialidades artísticas y científicas sepultadas por la Edad Media. Si la historia, como dicen, tiende a repetirse de algún modo, don Enzo vendría a ser el precursor de un nuevo ciclo en el que impere el olvidado sentido común.
Fuente: La Nación-Suplemento Empleos 25/11/2007

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