A continuación este artículo escrito por Pablo Mancini, el cual fue publicado en la página de internet de de Educar (Febrero de 2006) y me pareció interesante compartirlo.
Para los que tenemos más de treinta y pico acostumbrarnos a la utilización de estas nuevas tecnologías, a veces no nos resulta tan sencillo, pero debemos tener presente que la generación de niños y adolescentes de hoy nacieron con todo esto ya incorporado. Hoy podemos ver a un niño de 7 u 8 años que tiene su e-mail, su celular, su fotoblog, incluso su blog; estos chicos de hoy, hombres de mañana van a exigir que las formas de comunicación sean, como dice Pablo, en tiempo real porque hoy todo es para YA y eso se va a ir profundizando a medida que pasa el tiempo. Esta nueva forma de comunicación que ya está instalada, no solo en nuestro país sino también en el mundo, para algunos políticos no va a ser fácil de digerir pero temo que van a tener que ponerse a tono para no quedar fuera del show ¿me equivoco?
La política en tiempo real, los políticos a bloguear
Por Pablo Mancini
Cualquier persona que navegue por Internet, por lo menos un par veces a la semana, conoce qué es un blog y hasta quizá publique uno. De hecho si vamos a un cibercafé vemos que en alguna de las computadoras siempre hay alguien bajando fotografías y publicándolas en su flog.
Actualmente, esa cantidad de blogs que no cesa su crecimiento -Technorati.com contaba hoy más de 27.2 millones- atraviesa una diversidad de campos increíbles, desde los diarios íntimos-públicos, las blognovelas, las noticias y el periodismo, la educación, la fotografía, las ciudades, los deportes, la economía, etc, etc, etc... incluso las áreas de hibridan. Pero hay un terreno en el que los blogs son todavía la excepción: la blogpolítica.
Los blogs en la política son una experiencia en ciernes. Los candidatos y funcionarios aún temen usarlos y dejar abierta la posibilidad de que los lectores publiquen comentarios. Sin embargo, existen experiencias. En las últimas elecciones presidenciales en Estados Unidos los dos candidatos con más posibilidades, George W. Bush y John Kerry, usaron blogs en sus campañas y autorizaron a algunos bloggers a acreditarse en conferencias de prensa (Actualmente, el Pentágono y la Casa Blanca, entre otras instituciones de ese país, ofrecen podcasts).
En julio de 2004, en México, el presidente Vicente Fox concedió una entrevista al blog enteratehoy.com.mx. Michelle Bachelet, la reciente presidenta electa de Chile también utilizó un blog durante su campaña.
En Francia, a través de blogs, podcasts, publicidad en Google y redes sociales para sus afiliados y simpatizantes, la UMP, el partido mayoritario en el Parlamento (al que pertenecen tanto el presidente Jacques Chirac como el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy) está intentando reinventar la política comunicacional, de generar un partido político 2.0. Es por eso que ahora también van por las tecnologías móviles: la UMP ofrecerá una renovada web y un sistema de alertas por SMS para coordinar acciones entre los militantes. Tal como comparó Redes Sociales, "se va a basar en algo que ya han hecho un grupo de entusiastas al margen del partido para apoyar la candidatura de Sarkozy a la presidencia de la organización". Recientemente, Sarkozy le concedía una entrevista al blogger francés Loïc le Meur.
Algunos políticos bloggers franceses son Alain Juppé (ex primer ministro), Dominique Strauss-Kahn (ministro de Economía), Jack Lang (diputado y ex ministro de Educación), André Santini (diputado y alcalde de Issy-les-Moulineaux), Alain Lambert (ex ministro de Hacienda) y Yves Jégo (diputado).
En España, donde los políticos también bloguean y el Partido Popular (PP) ofrece canales RSS, el diputado socialista de Granada Rafael Estrella publicó en su blog cuánto gana y cómo se compone su patrimonio haciendo que las visitas a su blog se incrementen exponencialmente y que el Congreso no tenga otra opción que difundir cuál es el salario de todos los legisladores.
Reflexionaba a partir de esa publicación Rafael Estrella, el 1 de febrero pasado:
"La decisión de hacer públicos mis ingresos ha tenido un efecto que ha superado con creces mis expectativas. Una iniciativa que era, ante todo, un acto de transparencia, que se ha difundido, básicamente, a través de Internet, sin buscar proyección mediática, ha generado un importante interés: las 5.300 visitas del primer día, las referencias en otros blogs y 140 comentarios así lo reflejan. Esos comentarios reflejan la pluralidad, las situaciones personales, el grado de escepticismo y, a veces, de hostilidad hacia el papel del Parlamento, hostilidad que, en algunos casos, es de carácter político-ideológico. También contienen una enseñanza, que acepto humildemente: muchas personas, desde las dificultades económicas que viven, comparan su propia situación con la de sus representantes y son, por tanto críticas. Es el reflejo de las dificultades que viven muchas familias en nuestra sociedad para llegar a fin de mes, un recordatorio que agradezco. Me parece importante que, más allá de las ideologías, una inmensa mayoría quiere una democracia parlamentaria más fuerte, más sana y, por supuesto, más transparente, por lo que valoran muy positivamente mi decisión. Ese, la transparencia, era el objetivo de mi iniciativa."
La pregunta, entonces, casi siempre, como siempre, es: cómo se traducen todas estas iniciativas en América Latina y en la Argentina.
Si bien emergieron blogs sobre algunos candidatos en las últimas elecciones, los blogs oficiales de los políticos argentinos hasta hace unos meses se contaban con los dedos de una mano. Ese panorama, lentamente, se está modificando. El gran impulso lo acaba de dar la AgenciaBlog, que lanzó el proyecto Diario de Gestión, una iniciativa que propone un blog para cada uno de los parlamentarios. De todos esos blogs , por ahora los políticos que bloguean son Alberto Pérez, Alejandro Rabinovich, Diego Kravetz, Diego Santilli, Fernando Cantero, Guillermo Smith, Roberto Destefano y Sandra Bergenfeld.
Entre los políticos pioneros en la blogosfera están Rodolfo Terragno son su http://www.terragno.org.ar/, Hermes Binner, que además de montar su blog para la última campaña electoral ahora lanzó http://hermesbinnerdiputado.blogspot.com/ donde publica información sobre sus actividades como diputado nacional, con textos, audios y fotos. Otro caso es cavallo.com.ar, blog en el que el ex ministro de Economía Domingo Cavallo publica sus comentarios y opiniones.
Los blogs se presentan en la política como herramientas de información que pueden funcionar, en parte, para que los políticos recuperen su contacto con los ciudadanos.
Los blogs en la gestión de gobierno son otra forma de apropiarse de esas tecnologías y tienen como protagonista en nuestro país al gobierno de Mendoza, que recientemente fue premiada como la "ciudad más digital" de la Argentina en el VI Encuentro Iberoamericano de Ciudades Digitales. Mendoza ha generado un sistema de blogs a través del cual brinda información a los ciudadanos.
La incorporación de nuevas tecnologías en algunas instituciones de la modernidad en crisis es, por un lado, un desafío cultural y, por el otro, una gran incógnita que sólo dará algo a cambio si el trabajo es sostenido en el tiempo y abierto a nuevas ideas. Porque si bien es importante la información que pueda ser publicada en los blogs de los políticos también lo son los conceptos que atraviesan a esas tecnologías textuales.
En ese sentido, ¿es posible hablar de política 2.0? ¿de políticos 2.0? ¿Podemos transformar algunos pliegues de la relaciones clase-política / pueblo a partir del uso de algunas tecnologías de la información? ¿Cómo pensar por fuera -o relaciones distintas a - de la querella políticos-ciudadanos?
En distintos campos de producción simbólica, algunas de las nuevas tecnologías del universo 2.0, particularmente las redes, blogs (flogs y vlogs incluidos), canales RSS, SMS, iPods, las tecnologías móviles, reconvirtieron el agotamiento de la subjetividad, o diseñaron nuevas capas de ella, que permiten actualmente pensar otras formas de periodismo, de relaciones de los grupos y de construcción de espacios de aprendizaje, por sólo mencionar tres casos. Se trata de tecnologías del conocimiento, de aquellas que nos permiten pensar y que, en ese sentido, nos transforman y las diseñamos. La incorporación de estas tecnologías en esos tres campos que citamos engendraron una intervención harto profunda pero sobre todo compleja, precisamente por los sujetos se transformaron con y reinventaron las tecnologías.
Pensamos sobre la política 2.0 a partir del uso emergente de nuevas tecnologías por parte de los políticos y de algunas instituciones. La idea es cómo pensar los impactos en mosaico que podría producir la incorporación de estas tecnologías desde la clase política. Y no estamos hablando de condiciones técnicas de comunicación sino de cómo va a intervenir ese entorno dinámico emergente en nuestra subjetividad, cómo podríamos diseñar esa complejidad.
La educación con nuevas tecnologías nos cambió la forma de pensar el entorno de enseñanza, de hecho lo amplió, y ya no podemos pensar una clase como hace veinte años atrás. ¡Los sujetos cambiaron! El entorno y la forma de conocerlo también. La producción periodística tampoco es posible pensarla sin las nuevas tecnologías pero la idea que tenemos de los circuitos de información -y de la información misma- es lo que ha (hemos) cambiado.
Es por ello que no estamos hablando sólo de eDemocracia, ni de meras condiciones técnicas que aceleren los flujos de información, sino de herramientas emergentes y flujos de información que podrían modificar la idea que tenemos de la política y quizá a aquella querella políticos-ciudadanos.
La pregunta que nos hacemos va en la dirección de si es posible generar nuevos conceptos de la política a través del software social, tal como está sucediendo en otros campos; si la incorporación de nuevas tecnologías en la acción política reordenará en la superficie de las situaciones o configurará desde el fondo; si la gestión y la escritura pueden formar una alianza más cercana a los discursos de lo real y lo público; si los nuevos flujos de información también devorarán los rancios criterios de legitimidad (¿no lo han hecho ya?) del discurso político, generando un nuevo entorno que no valorará tanto la información de una declaración jurada como la los conceptos de información pública, transparencia y conocimiento que subyacen en esa difusión.
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