La habilidad de ver lo pequeño y lo ordinario en su completa particularidad, vuelve visible la rica trama del mundo. Esto nos sorprende, porque nos muestra cómo las pequeñas cosas pueden ser grandes en su significado y que casi nada -después de todo- es ordinario. Las cosas pequeñas pueden otorgar paz, felicidad, o consuelo, como también pueden causar incomodidades fuera de toda proporción con su escala.Si uno aprende a ver la importancia de las pequeñas cosas, uno está mejor capacitado para juzgar la importancia de sus opuestos. Aunque más no sea por esta razón (ejercitar el sentido de la perspectiva y calibrar el material de la experiencia), no está mal que las pequeñas cosas sean interesantes. Ortega y Gasset escribió: "Para quienes consideran que las pequeñas cosas no existen, lo grande no es grande". Tales personas no tienen sentido de la proporción, lo cual es un defecto terrible, porque la habilidad de medir las cosas es esencial para el juicio y -en consecuencia- para la tarea de vivir bien.
El Club de la Efectividad
No hay comentarios.:
Publicar un comentario