Vivimos en una Partido cuyo centro turístico está muy bien visto tanto por los habitantes de Tigre como por los turistas. Pero el Partido de Tigre no es solo el “Centro Turístico”, es mucho más que eso. Actualmente los funcionarios de turno se jactan de “las obras” que realizan, pero las obras sin alma no sirven de mucho.
Si tengo un edificio que funcionará como colegio y no tengo maestros ¿de qué sirve?, si tengo un edificio que será un centro médico sin médicos, asistentes y medios para tratar a los pacientes ¿para qué lo quiero? Jactarse de construcciones edilicias carentes de contenidos sólidos en cuanto a la gestión de tales edificios no nos sirven de mucho.
Tenemos un Concejo Deliberante que promulga ordenanzas, algunas de ellas con el fin de poder vivir en una comunidad organizada y civilizada, sin embargo en el marco de que dichas ordenanzas no se hagan cumplir de poco sirve tener ese cuerpo legislativo débil que además el pago de sus haberes es sostenido con nuestros impuestos.
Cambia todo cambia, dice la canción. Estamos en una etapa de cambios lentos pero a paso firme, se viene el cambio generacional. La democracia nos está llevando de la adolescencia a la madurez y con ello a saber cada uno lo que quiere en este mundo globalizado donde todo tiene un nuevo orden. Por ello quienes su vocación de servicio los lleve a comprometerse con la sociedad ocupando un cargo de funcionario público tendrá que hacerlo con la responsabilidad y ética que la envestidura de dicho cargo merece, dado que estará cada vez más en el ojo de la lupa por los ciudadanos quienes exigirán que cumplan con sus funciones como ellos nos exigen abonar nuestros impuestos en tiempo y forma para continuar con “las obras”.
El desarrollo de la sociedad nos compete a todos, por ello todos debemos cumplir el rol que nos corresponde: los ciudadanos cumpliendo con la nueva cultura tributaria como se hace en todo país desarrollado y los políticos rindiéndonos cuenta de lo que hacen con el dinero que abonamos en concepto de impuestos de todo tipo. Solo así dejaremos de ser adolescentes para entrar en la etapa de madurez y los políticos entenderán que ocupar un cargo público es para servir y no para servirse.
19/11/2006
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